Introducción: El contenido y la batalla detrás de la ley
El Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar el llamado ‘Big Beautiful Bill’ (BBB), una pieza legislativa que redefine varios frentes de la política pública norteamericana. Este proyecto, impulsado directamente desde la Casa Blanca, incluye recortes fiscales selectivos (ej. Medicaid), inversión en infraestructura estratégica, incentivos a la re-localización industrial, un nuevo marco de aranceles compensatorios y refuerzos al presupuesto militar y de seguridad fronteriza. Su redacción y negociación se convirtieron en un campo de batalla que puso a prueba la capacidad de maniobra del presidente Trump.
El proceso de aprobación no fue ni breve ni sencillo. Durante meses, el BBB enfrentó resistencia de grupos demócratas y una fracción republicana preocupada por el déficit fiscal y el impacto inflacionario. Aun así, la Casa Blanca desplegó toda su maquinaria de presión política, ofreciendo concesiones sectoriales y asegurando votos clave en ambas cámaras del Congreso. La recta final - lograr que la Cámara de Representantes aceptara la versión del Senado - fue la más ardua.
Un factor determinante a la hora de sacarla adelante fue enmarcar el BBB como una especie de ley patriótico - económica: devolvería empleos, protegería las fronteras, enviaría una señal de fortaleza global, induciría el crecimiento económico y traería más independencia energética. Los asesores más cercanos a Trump supieron enmarcar la discusión como una lucha existencial por la soberanía productiva y la dominancia global de EE. UU.
En últimas, la firma del BBB por parte del presidente Trump, precisamente el 4 de julio, no solo marca un hito legislativo para Estados Unidos, sino que redefine la relación entre la Casa Blanca, el aparato productivo doméstico, las demás instituciones americanas e incluso el resto del mundo.
Legitimidad y margen de maniobra de Trump
Para Trump, la aprobación del BBB representa una victoria política con varias capas de influencia doméstica. En primer lugar, refuerza su arquetipo como líder que, independientemente de lo que sea o no sea políticamente correcto, siempre cumple sus promesas, algo central para su base electoral. En segundo lugar, confirma un liderazgo sin disputa sobre el Partido Republicano, partido mayoritario en el Congreso americano y cuyas fisuras no le impiden avanzar como una aplanadora con sus proyectos de ley. Tercero, despeja cualquier duda sobre su capacidad de negociar consensos, consolidando así más palanca y capacidad de maniobra a la hora de fijar su agenda legislativa futura. Y como si esto no fuera suficiente, con esta victoria consolidada, su capacidad de veto efectivo gana peso y legitimidad.
Ahora bien, el impacto de este hito legislativo trasciende la relación con el Congreso de Estados Unidos y la política. Va mucho más allá. Ciertamente, por su contenido y por la forma en que fue aprobado, el BBB impactará significativamente la relación de Trump con otras instituciones americanas, incluso con algunas que, en teoría, son independientes.
Por ejemplo, con la aprobación de la ley, Trump gana muchísimo margen para presionar públicamente a la FED y aumentar su hostigamiento a Jerome Powell en torno a las tasas de interés, permitiéndole argumentar con más vehemencia que el nuevo impulso fiscal y de crecimiento económico embebido en la nueva norma requiere un entorno monetario expansivo.
Otro ejemplo es el de la posición de la Casa Blanca ante la Suprema Corte y cortes federales, especialmente en temas de disputas regulatorias o constitucionales. Sin duda, un presidente que demuestra fuerza legislativa de ese tenor puede darse el lujo de disuadir, pública y privadamente, aquellos litigios prolongados y complejos que busquen revertir o puedan amenazar los fundamentos de su agenda política.
Hegemonía en defensa + seguridad fronteriza
Resulta que este ‘Big Beautiful Bill’ incluye partidas significativas para expandir el presupuesto de defensa y seguridad fronteriza de EEUU. En la parte militar, se destinan recursos a modernización tecnológica (drones, IA, sistemas no tripulados), fortalecimiento de la presencia global, construcción naval, reforzamiento del sistema antimisiles ‘Golden Dome’, disuasión nuclear, vivienda y mejoras salariales para el personal armado.
En paralelo, el BBB contempla fondos para infraestructura fronteriza (incluyendo las obras necesarias para completar el muro en el borde con México), nuevas plazas de detención, robustecimiento de ICE (contratación de más agentes y deportaciones), tecnología de vigilancia avanzada, estímulos a los estados que refuercen sus fronteras, apoyo operativo a nivel local y estatal, así como una significativa contratación adicional de jueces, personal migratorio y agentes de la Patrulla Fronteriza. Este refuerzo conecta la narrativa económica con la narrativa de soberanía territorial y control migratorio.
El mensaje es claro: aún con la presión fiscal y mayor gasto público que este capítulo del BBB le impone al país, EEUU es y continuará siendo la mayor potencia militar a nivel mundial. En otras palabras, con esta ley Trump se muestra con indeclinable convicción a sostener la hegemonía del país en materia de defensa y seguridad, con la protección de fronteras como un pilar esencial de esta postura.
Mensaje a China, Rusia, Irán, et. al.
En congruencia con lo anterior, es evidente que el capítulo de gasto en defensa del BBB es una señal inequívoca hacia las principales potencias antagónicas de EEUU, esto es, China, Rusia, Irán y sus satélites en el planeta. Sin duda, al reforzar sustancialmente su proyección de poder y hegemonía militar, la Casa Blanca proyecta una fuertísima capacidad disuasoria frente a cualquier agresión en contra de suelo americano y/o sus aliados. Es más, con el BBB Trump ratifica que no permitirá que los desafíos geopolíticos externos erosionen la posición de Estados Unidos como garante del orden internacional y potencia mundial superior.
En efecto, la modernización tecnológica y la disuasión nuclear funcionan como un recordatorio de que cualquier intento de alterar el equilibrio de poder global, amenazar directamente a Estados Unidos y/o golpear a uno de sus aliados enfrentará una respuesta respaldada por una superioridad militar tangible y renovada. Por su parte, los recursos para fortalecer el ‘Golden Dome’ y expandir la capacidad naval americana subrayan la voluntad de proteger el suelo americano, sus aliados estratégicos y las rutas comerciales clave frente a amenazas de otras potencias.
Esta vez Estados Unidos no se decantó por el equilibrio no cooperativo de teoría de juegos denominado MAD (Destrucción Mutua Asegurada), el cual primó durante la Guerra Fría y mucho tiempo después. Esta vez, respaldado por el BBB, Trump impuso otro equilibrio: uno en el cual el primer golpe lo puede dar el aparato bélico americano no sólo con suficiente fuerza, sino también con precisión quirúrgica, tal que la contraparte no tenga ni tiempo ni capacidad para responder. La destrucción ya no es mutua sino solo para la contraparte. No cabe duda de que la operación contra la infraestructura nuclear iraní bautizada ‘Martillo de Media Noche’, pero fundamentada en IA y tecnología militar sin precedentes, fue el preludio de ello.
Mensaje a los propulsores de migración masiva
De igual forma, la robusta inversión en infraestructura fronteriza y en el aparato de control migratorio tiene un efecto disuasorio para gobiernos y organizaciones que pudieran aprovechar la migración masiva como herramienta de presión política o desestabilización social dentro de Estados Unidos. Al ampliar la capacidad de detención, reforzar ICE y patrullas fronterizas, así como coordinar incentivos para los estados, mediante el BBB Trump recalca con suma contundencia su tesis de que la soberanía territorial no es negociable y que la migración irregular será enfrentada con un sistema más amplio, rápido y efectivo.
Para los países emisores de altos flujos migratorios, el mensaje es demoledor: la determinación de Trump para blindar al país de presiones externas y amenazas internas es indefectible, irrenunciable e insoslayable.
Tesoros, tasas y bolsa
Económicamente, el BBB tendrá impactos directos sobre la estructura fiscal y monetaria de EE. UU. Los recortes fiscales y los nuevos incentivos industriales generan estímulos a la inversión, pero también presionan el déficit.
La teoría básica indica que en el corto plazo esto puede traducirse en mayores emisiones de bonos del Tesoro, presionando al alza los rendimientos. No obstante, la revolución tecnológica que hoy inunda al aparato productivo norteamericano, jalonada primordialmente por las fuerzas de la inteligencia artificial, la robotización y la generación de nuevas fuentes de energía, ha de generar tal incremento en la productividad de las empresas estadounidenses, que en el mediano plazo debe suceder lo contrario: un crecimiento económico dinámico, generador de suficientes tributos para compensar el mayor gasto derivado del BBB.
Además, no se puede perder de vista que, con todo y el mayor gasto del BBB, el norte económico de Trump es hacia un recorte sustancial del gasto público y una disminución sustancial del déficit fiscal. No en vano creó el famoso DOGE. No quepa duda de que Trump es un halcón fiscal.
Claro, con el BBB la Reserva Federal enfrentará no sólo el reto de calibrar tasas de interés en un entorno de impulso fiscal expansivo a corto plazo, sino, como se indicó más atrás, de sincronizarse con una rama ejecutiva que ha demostrado una gigantesca capacidad de hacer aprobar paquetes legislativos en el Congreso americano. Es decir, coordinarse macroeconómicamente con un Trump 2.0 investido, gracias al mismo BBB, de gran legitimidad y peso político frente al pueblo norteamericano y sus instituciones.
Teniendo en cuenta i) la visión fiscal austera de mediano y largo plazo que ha defendido siempre el presidente Trump, ii) el sendero de crecimiento económico vigoroso hacia el cual ha de virar el aparato productivo americano - tanto por la impresionante revolución tecnológica (IA, automatización, energía) por la cual atraviesa, como por el entorno amigable a la inversión privada que la nueva administración quiere crear -, iii) la ralentización en los incrementos generalizados de precios (inflación) y iv) que la imposición de aranceles no necesariamente genera inflación (solo un aumento de una sola vez en los precios y no con transmisión del 100%, sino lo que dicte la elasticidad precio de la demanda de cada producto), lo sensato y sabio para Jerome Powell y su junta sería una política monetaria que finalmente relajara las restricciones de los últimos meses (muchas de ellas, se sospecha, motivadas políticamente, pues no de otra forma se entiende el relajamiento previo a las elecciones del año pasado).
De ser así, los mercados de valores y capitales recibirían un noticia positiva, generando un nuevo impulso al precio de los activos americanos. Ello, a su vez, dispararía con más vigor (vía efecto riqueza o hipótesis del ingreso permanente) los niveles de consumo privado, motor histórico de la demanda agregada de Estados Unidos. En ese escenario, el BBB se convertiría en fuente de mayor bienestar y crecimiento económico para el electorado norteamericano, algo esencial para las elecciones de mitaca del año entrante.
Golpe de autoridad
El ‘Big Beautiful Bill’ no es otra ley de tantas sancionadas en Washington; es, más bien, un golpe de autoridad que acentúa el poder político del presidente Trump, solidifica la hegemonía militar y geopolítica de Estados Unidos a nivel global, galvaniza sus fronteras físicas y abre posibilidades de crecimiento económico robusto y sostenido para sus ciudadanos y aliados.
Esta jugada, incluyendo la forma en que se llevó a cabo la aprobación de la ley, ancla a Trump como un actor clave en la reconfiguración del orden económico mundial y deja claro a aliados y rivales que América está dispuesta a pagar el precio de sostener su hegemonía. La pregunta no es si cambiará el tablero, sino hasta dónde llegará el remezón.
Andrés Felipe Arias - 6 de julio de 2025
Próximamente: masterclass sobre opciones financieras ¡para todos!
Tremendo wishful thinking aca. Medio inconsistente las posiciones sobre responsabilidad fiscal sobre Colombia y US, incluso descontando por la obvia diferencia de contextos. Me cuesta entender como no ve en muchas de las movidas de trump el mismo desprecio por las libertades y las mismas obsesiones autocraticas que le critica tanto a petro. asi funciona la ideologia.